jueves, 4 de septiembre de 2014

Derecho a la ciudadanía universal: desde un modelo monocultural hacia un modelo intercultural

Mónica Silvana Rodríguez Ayala

El estudio que expongo a continuación constituye una reflexión teórica destinada a comprender las dinámicas de inclusión y exclusión social y cultural, generadas a partir del nacimiento de la ciudadanía como mecanismo de cohesión social, política y cultural del Estado-Nación y su posterior transformación hasta los actuales momentos. De forma específica, esta reflexión esta dirigida a construir elementos teóricos en miras a comprender los actuales procesos de exclusión ciudadana que sufren principalmente las minorías culturales (de inmigrantes y nacionales), en el contexto de la conformación de la Unión Europa y la Globalización.

Visión constitucional del derecho a la imagen y la autonomía femenina

Mónica Silvana Rodríguez Ayala

Resumen

En el presente artículo se describe el proceso por el cual, se crean a través de medios de prensa españoles campos de sentido en los que se definen las jerarquías del imaginario, los lugares de los modelos dominantes o canónicos de belleza femenina y los de las representaciones periféricas y marginadas del ser femenino. Este proceso oculta el funcionamiento de un mecanismo de poder a través del cual, se cristalizan de forma simultánea las diferencias de género al interior de la sociedad y el lugar simbólico y social del otro. En esta línea, se deconstruye las representaciones que se elaboran en torno a la indumentaria de la mujer del Medio Oriente y se explica su articulación a un discurso cuyo ícono dominante constituye una imagen-ficción de belleza de la sociedad global.

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La neurociencia para el desarrollo del derecho constitucional a la educación inclusiva


Mónica Silvana Rodríguez Ayala

Resumen
La neurociencia para el desarrollo del derecho constitucional a la educación inclusiva pone al servicio de la pedagogía los avances científicos en torno al conocimiento de la mente. Solo al incursionar en este campo se puede comprender la marcada individualidad de la acción humana y ajustar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Según la neurociencia, el cerebro es un cerebro social. Comenzamos a ser configurados a medida que nuestros cerebros interactúan con el entorno y las relaciones interpersonales. De ahí que los docentes están obligados a propiciar un entorno rico en experiencias para robustecer la mente y el cerebro de las y los niños con discapacidades.
Uno de los principios que anima a la neurociencia es la afectividad orientada hacia las expectativas, inclinaciones, autoestima y la necesidad de interacción social.  Las emociones dan color al significado. Un clima emocional apropiado es indispensable para una sana educación.
Quien investiga sobre la neurociencia, la aplicará; si es pedagogo, lo hará al trabajo con los estudiantes con discapacidad, porque la Constitución establece en el artículo 26 que la educación es un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable del Estado. Constituye garantía de la igualdad y de la inclusión social.
Es indispensable recordar que los cerebros son únicos; que existe influencia de los conocimientos previos; que no todos los cerebros tienen la misma habilidad para resolver los problemas y que el cerebro siempre busca y con frecuencia privilegia la novedad.

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